jueves, 29 de marzo de 2007

La clonación como método para obtener las mejores cepas de variedades autóctonas de viña




La vida eterna no existe y tampoco para las plantas. Es por ello que cada año nos gusta plantar plantas jóvenes de variedades autóctonas para asegurar vendimias para el futuro.

Básicamente lo hacemos con unos clones de Garnatxa y Carinyena específicos, que se adaptan muy bien a la zona. Lógicamente son clones de poco rendimiento que nos aportan más estructura y calidad a los vinos. A continuación podréis entender mejor que es un clon y el porque de realizar tal tarea.

Un clon es el material vegetal obtenido por multiplicación vegetativa de una sola planta. El conjunto de todos los clones diferentes que se cultivan en un viñedo antiguo es lo que denominamos “variedad población”. La selección de clones se efectúa analizando dicha población y eligiendo una cepa madre de características adecuadas, realizando la multiplicación vegetativa de dicha cepa aseguramos que su descendencia tendrá las mismas características varietales que ésta.
La obtención de clones seleccionados pretende conseguir unos mínimos razonables de producción de uva, para mantener unos niveles de renta aceptables para los viticultores. Además se pretende elegir aquellos clones que produzcan vinos de la máxima calidad y tipicidad, adaptados a las exigencias del gran mercado de consumo. La selección clonal ofrece al viticultor un material certificado sanitariamente libre de las virosis: entrenudo corto, enrollado y jaspeado (Reglamento Técnico de Control y Certificación de Plantas de Vivero de Vid. Orden 1 de julio de 1986, BOE 15-07-86). Este material es más homogéneo, lo que permite uniformar las operaciones de cultivo (poda y vendimia), siendo las produccio­nes más regulares y con unas calidades superiores, lo que permite una progresiva tipificación de los vinos de calidad.

¿Por qué una selección clonal?

Este tipo de procesos de selección clonal fueron iniciados en Francia a finales de los años sesenta y consisten en un estudio intensivo de muchos ejemplares de viña de características muy diferentes para, con posterioridad, seleccionar entre ellos sólo unos cuantos que destaquen por su calidad. Mediante una prospección extensiva se localiza toda la variabilidad genética existente en una misma variedad de vid. Pensemos que existen muchos tipos de cepas de cada variedad y que cada tipo posee características propias: un determinado volumen del fruto, una distinta maduración, un color y un aroma peculiares, etc. Sólo después de haber realizado este tipo de investigación se puede disponer de una información exacta sobre la variabilidad genética y se está en disposición de elegir las mejores plantas, cuyos caracteres conviene conservar. Las consecuencias de una selección clonal son diversas:

Se consigue poner a salvo la variabilidad genética dentro de cada variedad. Pensemos que la reproducción tradicional de la viña, por yemas que se han ido cediendo, comprando o intercambiando entre viticultores, puede haber reducido la variabilidad en muchos casos. Existen campos enteros de viña en los que de una sola yema se han reproducido la totalidad de las plantas y, por consiguiente, se ha perdido toda la variabilidad.
Se pone a disposición del productor una gama de variantes. El productor tendrá a su disposición esa variabilidad. Cada variante tendrá unas características muy definidas que le permitirán elaborar la producción sobre criterios bien establecidos y según el tipo de vino que desea elaborar. Una vez establecida esta gama de variantes, el viticultor sabe que cuenta con reservorio. Pensemos que si ahora el viticultor puede estar interesado en cepas que den abundante color o un aroma concreto, en el futuro los gustos del mercado pueden cambiar. Será entonces cuando el viticultor podrá acudir a las variantes establecidas y plantar las que precise en función de los gustos del consumidor.

viernes, 23 de marzo de 2007

Heladas en la viña



Hombre, tranquilos, tranquilos no estamos. Muchos de vosotros ya sabéis que no es buena época para que vengan heladas. El otro día estuvimos en el viñedo y pequeñas yemas-brotes se asomaban al exterior. Estamos siguiendo muy de cerca este tema aunque las medidas son dificles de tomar a nuestro nivel. Lo que sea será, así es la agricultura cassolana. Por suerte no vivimos de esto, peor lo tienen los que si lo hacen. A continuación tenéis una pequeña explicación sobre este tema, sus consecuencias y posibles reacciones a las mismas.


El frío, los vientos polares, las heladas... pueden producir daños importantes en los viñedos que ya están brotando.Los síntomas por frío pueden ser brotes quemados.

Las heladas primaverales matan brotes, flores o frutos pequeños durante la noche.
Se dice que se produce una helada cuando la temperatura del aire (medida a un metro y medio del suelo) es igual o inferior a 0º C.
Desde el punto de vista agrícola, la helada es la situación en la que la temperatura del aire desciende hasta un punto en el que provoca daños o la muerte de las plantas.
El punto de peligro generalmente se da a -2ºC, aunque si la helada dura poco tiempo, por ejemplo, 15 minutos, puede causar poco daño. Si duran más de 3 horas las pérdidas pueden ser importantes.
Las heladas suelen producirse durante la estación invernal, aunque en algunas zonas también son frecuentes en otoño (heladas tempranas) y en primavera (heladas tardías).
Estas heladas son las más peligrosas para las plantas, puesto que al producirse fuera del periodo de reposo vegetativo pueden afectar a sus funciones vitales, como la germinación, floración o la maduración de los frutos. Además en esos momentos las plantas presentan una mayor sensibilidad.


Tipos de heladas
Las heladas pueden tener 2 orígenes:
- Heladas de advección.
Llegada de viento polar, un viento frío ante el que no se puede hacer nada. Las plantas se hielan por contacto con el aire frío. Afecta más a una parte del árbol, la que mira al norte.
- Heladas de inversión térmica o heladas de radiación.
Se produce en noches no muy frías, en las que el aire caliente se va a 10-12 metros de altura y en el suelo temperaturas bajas.


Defensa antiheladas:
- Grandes ventiladores. Estas heladas sólo se producen con poco viento, puesto que si no las capas se mezclarían. Para eso se usan los molinillos.- Riego por aspersión (0,5-1ºC)- Estufas- Suelo desnudo de vegetación y regado.

miércoles, 21 de marzo de 2007

Gracias por todo amigo!!!


Sinceramente creo que se merece una despidida en nuestras páginas. Han sido muchos kilómetros por carretera y entre caminos para llevarnos hasta las vinyes. Nos ha ayudado a cargar cajas, tapones, cubas, tijeras de podar, hasta instrumentos para barbacoas. Nuestro querido X-trail, comúnmente llamado "The company car" nos dejó el pasado 10 de Marzo con todos los deberes hechos.

Pero tranquilos llegará otro con las mismas ganas de currar, con más fuerza si cabe, dispuesto a ayudarnos en este maravilloso proyecto.

El tiempo no se para, hemos de avanzar con él. Hay que mirar hacia adelante, intentar mejorar siempre y esta es nuestra filosofía. No nos rendimos nunca aunque a veces parece difícil o casi imposible que podamos llegar al final, pero como dice una marca amiga "imposible is nothing".



lunes, 12 de marzo de 2007

Mimar la viña en invierno




Sumando y sumando experiencias viti-vinícolas. Este sábado estuvimos “trapitjan” viña y dedicándole algunos cuidados necesarios para preparar el viñedo para la cálida primavera que se nos avecina. Y digo mimar porque a unas viñas de 80 años más que cuidarlas hay que mimarlas!!!
Como veréis en la explicación es muy necesario realizar estos trabajos para poder recoger en su momento, un buen fruto.
Después de una jornada así, te das cuenta del esfuerzo que se requiere para que nosotros, los consumidores, podamos disfrutar de una botella de vino y sin entrar en si es más “bueno o menos bueno” el esfuerzo es prácticamente el mismo.


En el invierno la viña, entra en estado de letargo o
parada vegetativa, este periodo va desde la caída de las hojas
hasta el inicio de la “movida de savia”, cuando se inicia la
actividad del sistema radicular y se manifiesta externamente por
el “lloro” que fluye por las lesiones y cortes de poda.

Al igual que la viña, durante el invierno, un buen número
de plagas y enfermedades que en primavera verano afectan al
cultivo, se encuentran aletargados o invernando en forma de
huevos, larvas, ninfas, micelio o esporas, ocultos y refugiados
bajo la cepa, hojas muertas, raíces, etc., a la espera de
condiciones climáticas favorables, para reanudar su actividad e
invadir los nuevos brotes de la viña coincidiendo con el inicio de
la vegetación, ocasionando cuantiosos daños.

Controlando las formas invernantes de estos patógenos
(oidio,etc), así como otros insectos y
enfermedades fúngicas), mediante los tratamientos de invierno
adecuados, podremos disminuir considerablemente los ataques
de los mismos, así como reducir los tratamientos en plena
vegetación.
Los tratamientos de invierno se realizan aprovechando
que la cepa se encuentra en reposo vegetativo, sin movimiento
de savia y cuando no hay hojas, yemas, floración y frutos que
pudieran ser afectados, permitiéndonos usar productos
fitosanitarios y dosis (dada la mayor tolerancia de las plantas a la
acción fitotóxica de estos productos) que de ninguna manera
serían admitidas en plena vegetación. Por tanto, los
tratamientos de invierno deben formar parte de una
estrategia eficiente de control de plagas y enfermedades
para el mantenimiento de las mejores condiciones
sanitarias de la viña

Estos tratamientos se deben realizar desde la caída de
las hojas hasta el inicio de la subida de savia (lloro de la
viña), aconsejándose para ello los meses de diciembre, enero
y febrero, según comarcas y cotas. En cualquier caso, hay que
asegurarse de que la planta esta realmente en parada
vegetativa. Ante la duda de que se haya iniciado el hinchado
de yemas, “no trataremos”.
Para lograr una mayor eficacia de los tratamientos
fitosanitarios de invierno es conveniente realizarlos siempre
que sea posible después de la poda.
LA VINYA VELLA: Un dels principals problemes de la vinya vella i molt vella es un fong anomenat "yesca" que fa que les baixes en una vinya d'aquesta edat siguin significatives. El fong es pot transmetre al podar d'un cep a l'altre via la savia que queda a les tisores de poda, per aixó es recomana que les vinyes velles o afectades de yesca es podin amb unes tisores unica i esclusivament per aquella finca o parcel.la.De fet el problema pot ser tan preocupant que algunes firmes de productes fitosanitaria ja tenen productes específics per tractar-la, pe: http://www.morera.es/FITOSANITARIOS/TaloSint.html. La vinya vella fa bon caldo, però cal dedicar-hi molta cura per recollir-ne els fruit any rera any. Cal deixar clar també que el que estas sulfatant tu a les fotos es el propi cep i els seus voltants , però no es tracta d'herbicida, sino d'un tractament d'hivern contra la propia yesca i contra la cendrosa (oidio en castellà).Tens una web molt bona amb fotos i explicació de lo que es la Yesca a : http://www.ivia.es/deps/mico/Espanol.htmlPer acabar de fer-ho bé, després de podar s'haurien de pintar le sferides amb una producte especial que cicatritza les ferides de la poda i no deixa que entrin fongs a la planta... bé, l'any vinent si ens dona temps (que es el que ens falta, ja ho farem.

lunes, 5 de marzo de 2007

Las variedades de la zona (II). La Carinyena




Hoy os presentamos La Carinyena. Esta es una de nuestras variedades preferidas. Especialmente de uno de los viti-enólocos. El amigo, sueña con hacer un monovarietal de esta interesante uva. Seguro que algún día lo conseguiremos (desde aquí lo animo a probarlo, aunque sólo sea una edición limitada). Estamos hablando de carinyenas muy viejas a las que como dice un buen amigo (no les faltan dos palmos de raíz como a otras).


La uva cariñena (en francés carignan, en italiano carignano, en inglés de EE.UU. carignane) es una variedad de uva tinta originaria de de Cariñena (Aragón). También se cultiva en Cerdeña y en algunas zonas de Italia, Francia, Algeria y en el Nuevo Mundo. Actualmente es la base para los vinos del Priorat.


Los agricultores aprecian sus altos rendimientos y en la bodega interesa su intenso color y abundancia de taninos. En la Rioja añade un contrapunto de robustez a la finura de la uva Tempranillo. En el Priorato, de suelos pizarrosos, la uva proporciona una calidad extraordinaria. En el antiguo viñedo de Cariñena se asocia a la Garnacha en vinos de tacto aterciopelado y de suave astringencia.

La historia de la cariñena o mazuela es muy peculiar. Se plantó en Francia y en algunas zonas de España tras la filoxera. Pero muy pocos le habían visto potencial cualitativo alguno. En Francia, donde hay muchísima más cariñena que en España (muchos piensan que no es oriunda de aquí sino de allá, y que su nombre es una adaptación de 'carignan' más que una referencia a Cariñena, zona vitícola donde desde siempre la gran uva autóctona ha sido la garnacha, no ésta), algunos han insistido siempre en que, si se trata de viñas en laderas pobres, con una gran madurez y muy escasa producción, su calidad podía aumentar espectacularmente. Pero hay que reconocer que luego, en la práctica, los pocos carignans varietales modernos de Francia, como el Carignanissime de Clos Centeilles, son vinos jóvenes de maceración carbónica, con una fruta y unos aromas fáciles para su consumo rápido. Mejor, más ambicioso, pero tampoco grandioso, algún Carignano del Sulcis sardo.

En el Priorat parece que hay zonas donde la cariñena es mucho mejor que en otras: en Porrera mejor que en Gratallops, por ejemplo. Y en los primeros priorats 'modernos' la cariñena desempeñaba un escaso papel; el vino en el que mayor lo ha tenido siempre fue Les Terrasses (40% y hasta 50%), pero aportando, según Alvaro Palacios, sobre todo fruta para su pronto consumo. La misma idea que en Francia, pues. De ahí la creciente sorpresa que nos causan vinos como Cims de Porrera o Vall Llach, con proporciones importantes de cariñena: está claro que en Porrera están redefiniendo la casta.